Columna Semanal

Se vende ÉXITO, interesados seguir leyendo…

Si usted ve un cartel que dice: “Se vende auto BMW 2022 por solo US$3,000”, ¿le prestaría atención al aviso? Seguro que sí, y posiblemente lo compraría. Si ve un aviso que dice: “Vendo casa con vistas al mar por US$40,000”, ¿le prestaría atención? ¿Y qué tal, si encuentra otro anuncio que dice: “Vendo teléfonos iPhone por US$100”? La respuesta es sí, y seguramente compraría las tres cosas.

Ahora bien… hoy leyó mi cartel: “Se vende éxito.” Veo que le prestó atención al titular, ¡así que vamos muy bien! ¿Lo compraría? Aquí es donde tengo muchas dudas; lo invito a que me las aclare.

Literalmente vendo éxito cada lunes o cada vez que tengo la oportunidad de estar en la radio, la TV o en un evento, donde trato de darle las herramientas necesarias para que, sin importar en qué condiciones se encuentre, pueda mejorar su vida inmediatamente.

El costo que debe pagar por comprar éxito es $0.00, pero una gran mayoría no lo compra. Me pregunto, ¿cómo se entiende que, si tuviera el dinero, sin duda compraría las tres cosas que le mencioné arriba, pero no compra éxito, ni siquiera cuando es gratis?

Paso a explicarle: más del 50% de las personas que me llaman o escriben después de un segmento en radio o TV me piden que haga un programa dedicado a los jóvenes. Algunos mencionan que avisan a sus hijos cada vez que aparezco en la radio para que me escuchen.

Me gustó mucho la idea, pero al mismo tiempo me entristeció la realidad. Por eso decidí escribir sobre este tema.

Han pasado muchos años desde que comencé este pasatiempo de motivar financieramente a las personas, y me he dado cuenta de que la principal razón por la que mucha gente no mejora su vida financiera, es simplemente porque solo lee… pero no termina comprando. No lo asocian con algo que puedan hacer por sí mismos. Ven el cartel y piensan: “Si no sé manejar, ¿para qué comprar un auto?” en lugar de pensar: “Voy a aprender a manejar para comprar ese auto.”

Creen erróneamente que, si ya tienen cierta edad y son pobres, nada cambiará esa realidad. Por eso, ese 50% se preocupa por sus hijos o por otros, y no por ellos mismos. Considero que deben preocuparse primero por ustedes mismos, porque al hacerlo, mejorarán su vida y automáticamente, la vida de las personas que los rodean.

Me he cansado de escuchar comentarios como: “Daniel, yo no sé nada de ventas”, “No puedo vender ni un caramelo a un niño” o simplemente: “No me gusta vender.”

Con el riesgo de herir susceptibilidades, a veces me atrevo a decir: “Creo que no te gustan las ventas, pero sí te gusta ser pobre.” A mí no me gustaba hacer ejercicio, pero cuando entendí sus beneficios y el placer que me daba pensar en lo bien que me haría, comencé a hacerlo. Después de un tiempo, se convirtió en un hábito y ahora lo hago sin dolor y con mucho gusto. Hoy me dolería mucho si no pudiera hacer ejercicio porque ya es parte de mi vida.

Exactamente lo mismo sucede con cualquier cambio que necesite hacer. Si no le agrada algo que “debería” gustarle, piense en el placer que le daría el resultado si lo hiciera. Verá cómo comienza a ver la vida de otra manera y a pensar diferente la próxima vez que vea un cartel frente a sus ojos.

Sabemos que todos los días se presentan carteles o llamados de atención en nuestra vida cotidiana. Lamentablemente, muchas veces no los percibimos porque no estamos atentos a nuevas oportunidades. ¡Lea, analice y “compre” ese concepto que lo llevará más lejos!

Mi receta, algo sencilla, tiene que ver con un cambio interior. A partir de hoy, lo invito a que sienta dolor cada noche al irse a dormir, pensando que no hizo algo para mejorar su vida. Después de 8 a 10 días de ese dolor, despertará enojado consigo mismo. Literalmente peleará con su subconsciente, hasta que ambos se pongan de acuerdo en que quieren lo mismo. Ese día será el primer día de su nueva vida.

Un último consejo: deje de pensar que el dinero no es importante, o que prefiere un hijo con valores en lugar de uno con dinero. Esas son excusas que solo sirven para no sentir dolor por la realidad. Reconozca que el dinero es muy importante, ¡y que se pueden tener hijos con valores y con dinero!

¡Hasta la próxima semana!

Daniel Rutois

Motivador financiero & Negociador
www.hispanoexitoso.com

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